"Seguramente... Sus papás ni le hacen caso"
"Sus papás le han de dar el mismo ejemplo"
La pregunta del día de hoy es, ¿qué tan malo es que no exista comunicación entre los jóvenes y sus padres?
¿A caso este aspecto tendrá influencia en su tendencia YOLO excesiva que en algunos casos puede llegar a la total imprudencia?
A continuación les dejo unos puntos de un artículo que encontré.
LAS RAZONES DE LOS SILENCIOS DE LOS
HIJOS
“No me entienden”
Muchos jóvenes están convencidos de que sus padres son incapaces de
ponerse en su piel y no entenderían lo que pasa por su cabeza o lo que sienten.
“Se enfadan”
Con frecuencia los hijos no cuentan cosas porque piensan que serán sancionados
por ello o que les impondrán prohibiciones y les recortarán libertades. Muchos
ven en el silencio una salida para no tener que escuchar broncas ni sermones o
ser sometidos a un interrogatorio.
“Por vergüenza”
Algunos jóvenes prefieren no compartir conductas o sentimientos con sus padres
por temor a ser ridiculizados, por pudor y falta de confianza, o porque no
quieren ser juzgados por ellos.
“No me toman en serio”
Otra de las razones aducidas por los jóvenes para no hablar de su vida
privada es que sus padres restan importancia a sus emociones, le responden con
que no piense en tonterías o que todavía es muy pequeño.
“Para que no se entrometan”
Algunos hijos levantan barreras de privacidad porque quieren hacer cosas por
ellos mismos o para evitar que sus padres se apresuren a ofrecer una solución a
sus problemas, hagan críticas precipitadas a sus decisiones, o intervengan en
los conflictos o relaciones con sus amigos.
“Son unos indiscretos”
La falta de discreción de los padres es otra de las razones que aducen los
jóvenes para no confiarles cuestiones que consideran íntimas o privadas. Hay
padres que no dan relevancia a la intimidad de sus hijos y comentan las
confidencias que les han hecho con otros miembros de la familia, con compañeros
del trabajo, con amigos.
“Para no preocuparles”
A veces los silencios de los hijos son un intento de proteger a los padres de
un disgusto, bien porque se sienten culpables de haber hecho algo que no
debían, bien porque los ven frágiles o estresados. Esta es la razón aducida a
menudo para no hablar sobre las nuevas parejas de los padres separados. A veces
también ocultan sus propias tristezas o las discusiones con los amigos “para no
causarles pena”.
“Para no decepcionarles”
Hay jóvenes que no cuentan a sus padres todos aquellos aspectos de su vida que
puedan enturbiar el concepto que tienen de ellos, la imagen de hijo idílico,
responsable o decidido.
“No tengo confianza”
Hay chicos que consideran que la comunicación con sus padres está restringida a
los grandes problemas y los grandes discursos y no tienen confianza para hablar
de lo que consideran intrascendente.
LAS RAZONES POR LAS QUE CALLAN LOS
PADRES
“Para no preocuparles”
El sentido de protección lleva a muchos padres a silenciar todos aquellos
problemas, deudas, enfermedades o asuntos que consideran que pueden causar
sufrimiento a los hijos.
“Es mi intimidad”
Muchos padres no hablan a sus hijos de la parte de su vida que no comparten con
ellos o que no les atañe directamente. Pueden ser cuestiones laborales,
sentimentales, enfermedades.
“No son temas adecuados a su edad”
Hay temas que padres y madres no comentan con sus hijos convencidos de que no
los comprenderán o porque consideran que no son adecuados para su educación o
para las convicciones ideológicas y culturales que tratan de transmitirles. En
unos casos pueden ser problemas legales, de pareja, de trabajo, conflictos
familiares.
“Para no transmitirles inseguridad”
Hay padres que silencian sus miedos, preocupaciones o debilidades para no
transmitir inseguridad y que no tienen el control absoluto de sus vidas.
“Por su indiscreción”
A veces los padres callan algunas cuestiones porque temen que los hijos hablen
de ello fuera de casa y quieren proteger su imagen o la de la familia.
“Por temor a no ser un buen ejemplo”
Con frecuencia padres y madres callan cosas que consideran vergonzantes, sus
fracasos o sus gamberradas de juventud por temor a no ser un buen ejemplo para
sus hijos o para evitar que estos las utilicen para justificar sus propias
malas conductas.
"Para no crear mal ambiente”
Muchos silencios relacionados con los problemas de pareja o con conflictos
familiares buscan eludir tensiones añadidas con los hijos.
“Para no lastrar sus relaciones”
Hay padres y madres que se callan problemas familiares o conflictos con amigos
para no influir en los posicionamientos de los hijos.
En una entrada anterior, hablábamos sobre la importancia del apoyo familiar. Mencionamos que el adolescente está en un proceso que lo llevará a formar su identidad, en el cual está afrontando múltiples cambios físicos y psicológicos que también conllevan efectos en su vida social. Los padres pasan a segundo término y son sus amistades quienes toman un papel fundamental y trascendental en sus vidas.
Una completa falta de comunicación entre padres e hijos sólo llevará al adolescente a presentar conductas de riesgo que pueden alterar de manera importante tanto su bienestar personal, como el bienestar familiar.
Es importante NO GENERALIZAR. Es decir, si se está viendo que un adolescente o un joven está presentando ciertas conductas que implican un riesgo tanto para sí mismo, como para los demás, sería poco objetivo que desde un principio se culpara directamente a los padres. Como siempre, cada caso tendrá sus propias causas y mostrará ciertas variaciones; No hay que dejar de lado el hecho de que si un adolescente o un joven siente que cuenta con el apoyo incondicional de sus padres y se genera un ambiente de confianza, podrían evitarse ciertos problemas que en muchas ocasiones se llevan a cabo por la falta de comunicación.
En esta época, es muy difícil que ambos padres puedan estar al pendiente las 24 horas del día de sus hijos y si fuera así, tampoco sería del todo benéfico porque el hecho de sobre-proteger a la descendencia tampoco es una buena medida. Sin embargo, yo estoy a favor de que los padres hablen con sus hijos de manera clara, explicándoles que sus actos conllevan siempre a producir consecuencias que ellos mismos tendrán que afrontar, tanto positivas como negativas. Es importante que permitan que sus hijos formen su propio criterio y se hagan responsables de sus actos y entonces, quizás muchas de las conductas que se hacían por simple rebeldía o en algunas ocasiones para llamar la atención, disminuyan.
Otro aspecto importante es el hecho de que no le puedes pedir a tu hijo algo que tú como padre no estás haciendo.
Sería bastante confuso para el adolescente o joven, que sus padres le estuvieran dando una clase de ejemplo y a la vez le pidieran que hiciera algo completamente diferente. Considero que es muy importante la congruencia entre lo que se dice y lo que se hace. Aunque los padres lleven a cabo discursos filosóficos de miles de horas, no funcionará de nada si llegan a sus casas alcoholizados y drogados.
El objetivo en este caso no es juzgar a los padres, sino aclarar que hay ciertas cosas que se pueden prevenir con el simple hecho de mantener una buena comunicación. Si ya en algún momento se les brindó educación y un ejemplo congruente, la responsabilidad ya recae en cada uno de los jóvenes que está decidiendo cuál es el rumbo que quieren para su vida.
Referencia:
Rius, M. (10 de Enero de 2014). La falta de
comunicación entre padres e hijos. Recuperado el 23 de Marzo de 2014, de La
Vanguardia:
http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20140110/54397962320/la-falta-de-comunicacion-entre-padres-e-hijos.html
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